miércoles, 25 de julio de 2007

Concentración


La voluntad de la mente humana es tan amplia y universal en su índole pasiva, como las aguas de la tierra o la luz del Sol en los cielos; y cuando la voluntad del hombre se enfoca, se concentra y se dirige a un punto, es más poderosa, más potente, más insistente que todo el poder de las aguas o el poder del Sol.
La concentración de una voluntad potente no solamente es posible, sino también necesaria. Mientras la voluntad del hombre no está concentrada, es tan dinámica y tan vigorosa como el vapor que se eleva y flota en el espacio desde un recipiente en ebullición. La concentración, en el misticismo práctico, es llevar el poder directivo, conceptual y creador de la mente, hacia un punto focal.
Antes de concentrar cualquier poder para llevarlo a la acción, el director del proceso debe concebir clara y concisamente lo que es necesario hacer, y el porqué y el cuándo. Ese concepto debe incluir una clara imagen mental de cómo debemos comenzar, cómo debemos proseguir, terminar, y cuál debe ser la manifestación última. La imprecisión, la vacilación constante, la repetición de afirmaciones, la duda, el análisis, la revisión, la modificación y otra gimnasia mental, impiden un concepto claro y hacen imposible la concentración.


CONSULTA LAS CARTAS DEL TAROT





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